Cuando el tiempo pasa nacen los recuerdos; y que bonito recordar y que intenso intentar recordar aquellos ratos de alegría, saborear todos los aromas y ver colores que ya no existen.
Pararte y pensar que todo eso ya no volverá, que mucha gente ya marchó, mientras que otros siempre permanecerán.
Levantarte cada día con un nuevo sueño por cumplir y un recuerdo nuevo que guardar; un recuerdo nuevo para cuidar.
Que excitante ese recuerdo que te sigue erizando la piel, que despierta todos tus sentidos y te hace sentir vivo. Tan puro, tan real y tan abstracto que puedes tocarlo y no sentirlo; puedes balancearte en el mientras que tus músculos se estremecen de placer.
Que amargo recordar tu propia pérdida, todas tus cicatrices y cada una de tus caídas. Pero que dulce verte levantar cada mañana, verte cada día más fuerte y más llenx de recuerdos, con una historia más profunda que contar.
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